10 años con ICV

Ed Sakstein, que ha estado comprometido con ICVoluntarios desde sus inicios, comparte sus reflexiones con nosotros.

Entré en contacto con ICV desde sus inicios. Hacía unos diez años que estaba retirado y me había involucrado en varios tipos de experiencias sociales y de voluntariado, de las cuales algunas eran fruto de mi creación. Lo que más me llamó la atención de ICV fue su carácter intergeneracional y muy internacional. En lo que se refiere a la evolución social, económica y política de nuestra sociedad actual habrá seguramente mucha agitación y sufrimiento en nuestro planeta antes de que las cosas constructivas y positivas no se realicen. Para mí, el voluntariado ofrece una experiencia única ya que involucrándonos, tenemos la esperanza de influir, aunque solo sea un poco, en la evolución del mundo. Este mensaje de esperanza está llamado a propagarse rápidamente.

Compartir con los demás sin que ninguna relación jerárquica altere el entorno, es algo muy atrayente. Ver como se nos concede numerosas posibilidades para explorar y proponer nuevas ideas, para participar en la toma de decisiones, y para conocer nuevas caras son unas de las razones por las que he trabajado para ICV durante los últimos diez años.

Hoy en día, he decidido recientemente encaminar mis pasos hacia otros derroteros, siguiendo mi fuego interno que hoy me llama hacía otros horizontes. Pero siempre con el sentido innato del voluntariado, el deseo de hacer lo que esté en mi mano para ayudar a los demás. Sin duda estos años pasados en ICV han contribuido, un poco, a que me encuentre en el camino donde hoy estoy.

Pienso que debido a la crisis financiera mundial actual, las organizaciones como ICV estarán implicadas en la exploración de nuevas vías y en la plasmación de nuevas funciones, en un momento dado en que la sociedad busca un equilibrio nuevo (por oposición a las instituciones), y respuestas más humanas para hacer frente a esos periodos de alteraciones y de transición hacia un mundo más equitativo.