En circunstancias normales, no hubiera aceptado este amable ofrecimiento, pero llegado el caso, estaba contenta de tener alguien dispuesto a ayudarme. Durante el camino, el desconocido me explic贸 que era un poeta. Me cont贸 que hab铆a viajado a trav茅s del mundo, hab铆a estado en Afganist谩n, en Europa, pasando por Rusia y los Estados Unidos, pero que su pa铆s de destino era el Jap贸n.
Suspir贸 y dijo: 鈥渃on la crisis, los tiempos son duros para un poeta como yo鈥. A continuaci贸n, despu茅s de una pausa, complet贸 la frase 鈥渆sta es mi casa, ahora resido en la estaci贸n鈥.
Pronunci贸 estas palabras con simplicidad y dignidad. Me dije a mi misma: 鈥渉eme aqu铆 en el centro de Tokyo鈥濃 dos desconocidos en la noche, un intercambio de palabras apresuradas, pero que dicen tanto sobre nuestra sociedad mundial, los valores dominantes, la carrera consumista y los que la siguen, despu茅s los otros, a veces enfrentados a la ruda realidad de la existencia鈥.
Una vez llegados a nuestro destino, le di algunas monedas por sus servicios que hab铆a realmente apreciados. Sac贸 un peque帽o texto fotocopiado, con poemas en franc茅s y una direcci贸n al dorso: www.hideoasano.com.
Entren en la p谩gina web. El desconocido se llama Hideo Asano. Compone magn铆ficos poemas鈥. Y busca editor.
A veces los caminos se cruzan, se producen encuentros, 鈥減or casualidad鈥 como se dice. S茅 que aquel momento, pasado con el poeta, quedar谩 gravado en mi memoria. Caminos, vidas, destinos y un d铆a podemos encontrarnos en situaciones que nunca hubi茅ramos imaginado.