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Entrevista a Mary Robinson

V. Krebs
26 Mayo 2008

La primera edición del Foro de la Salud de Ginebra se celebró del 30 de agosto al 1 de septiembre de 2006. ICV participó en su organización, con voluntarios que se ocuparon de la logística, la interpretación y la redacción de artículos. Las noticias en la Web realizadas por ICV en colaboración con MCART incluyeron una serie de entrevistas y resúmenes de las sesiones, incluyendo una con Mary Robinson, la primera presidenta de Irlanda (1990-1997) y, más recientemente, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (1997-2002).

Mary Robinson compartió con el equipo de conferencias algunos de los principales retos al tratar el acceso a la salud para todos: la financiación, la fuga de cerebros y la responsabilidad de aquellos que tienen los medios para marcar la diferencia, como el sector privado. Señaló que la alta participación en el Foro indicó la necesidad y la urgencia de debatir acerca del acceso a la salud. El acceso para todos preocupa a todos.

P: La responsabilidad de los políticos en cuanto a decisiones que afectan a la salud y la dignidad humana es un tema crucial. Si todos están de acuerdo con el principio, la cuestión sería: ¿cómo evaluar sus logros y como hacer cumplir la responsabilidad?

Hablo mucho acerca de la responsabilidad, incluida la responsabilidad en el contexto social y los derechos humanos son de gran ayuda. Sabemos lo que significan los compromisos legales de los países. El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas ha ofrecido asesoramiento a los gobiernos y los estándares contra los que pueden ser considerados responsables. Tenemos cada vez más formas de medir su capacidad para cumplir con el derecho a la sanidad. Algunas de las obligaciones básicas, como garantizar que no se discrimine a nadie en términos de acceso a los tratamientos básicos, deben cumplirse independientemente de los recursos disponibles. La creciente sofisticación de grupos de la sociedad civil también aumenta la responsabilidad social. El caso de la Campaña de Tratamiento Activo en Sudáfrica demostró que los gobiernos pueden ser necesarios para implementar programas amplios y coordinados con el fin de hacer realidad el derecho de acceso a tratamientos médicos. El 4 de septiembre, estaré en Londres para ayudar a Paul Hunt, Relator Especial de Naciones Unidas sobre el Derecho a la Salud, a defender sus ideas sobre este asunto con el Gobierno del Reino Unido. Es un paso importante porque tenemos que responder por los países ricos y pobres.

P: Parece poco realista pedir a los países en desarrollo que se financien ellos mismos el acceso a la sanidad a nivel nacional. Por otro lado, parece que la financiación proporcionada por los países desarrollados para el Sur tiene efectos a corto plazo. ¿Existe una metodología que pudiera seguirse para obtener resultados sostenibles a largo plazo?

La situación actual es realmente impactante. Los sistemas de salud pública en los países pobres se han roto, en particular en las zonas rurales donde encontramos muchos problemas. Necesitamos cambiar el enfoque. Se está reconociendo que los parámetros locales se tienen que tener más en cuenta. El FMI y el Banco Mundial han cometido muchos errores que han debilitado la capacidad de los países de tomar acciones locales. Desde la Declaración de París sobre la ayuda, la nueva tendencia entre los donantes de dar más importancia al apoyo presupuestario general, dará más responsabilidad a la toma de decisiones de los países. Los ministros de sanidad deberán ser muy buenos administradores, lo cual, generalmente, no es el caso. En un buen número de países, la corrupción sigue siendo un problema importante. Se debe de hacer todo lo posible para apoyar a los ministros de sanidad y sus ministerios con el fin de que puedan gestionar la financiación de la GAVI (Alianza Global para las Vacunas y la Inmunización), ONGs, fundaciones y otros donantes, y que puedan cumplir, entre otras cosas, con la Declaración de Abuja en la que se establece que el 15% de los presupuestos nacionales estén destinados a sus sistemas de sanidad.

P: Cuando se piensa en los recursos, uno importante son los recursos humanos. Los países en desarrollo sufren una fuga de cerebros continua que afecta profundamente los sistemas de sanidad. ¿Cómo se podría detener e incluso darle la vuelta a esta moda?

Es de suma importancia detener la fuga de cerebros. Se debería formar a los trabajadores de nivel medio. Este personal medio cualificado está infravalorado y permanece invisible. Sin embargo, este personal sanitario muestra una mayor sostenibilidad sin estar tentado a migrar tanto como los profesionales sanitarios formados. Un buen ejemplo de esto es el uso que se hace del personal paramédico de Tanzania para dispensar los medicamentos antirretrovirales. El 12 de septiembre, tendremos una reunión de alto nivel en Nueva York en materia de migración. El objetivo es estimular más acuerdos bilaterales entre países para evitar la migración permanente y mejorar los esfuerzos compartidos de formación. Todos los países deben compartir responsabilidades en este campo. El factor de atracción es de gran importancia, lo que significa que los ricos pueden estar de acuerdo en formar más. En los EE.UU., donde estoy viviendo actualmente, se necesitan 500 mil enfermeras y 200 mil médicos para el año 2015. Se están importando enfermeras y el hecho de que las adquieran a un bajo precio por no tener que formarlas es inaceptable. Hay mucho en lo que pensar.
P: Se critica a menudo a la industria farmacéutica. ¿Cree usted que hay posibilidades de ofrecer medicina a un precio más barato? ¿Existe un deseo en estas empresas de ser socialmente responsables más allá de un simple movimiento de marketing superficial?
Consideramos al sector privado como un jugador importante que provee buenos recursos o una influencia negativa. Queremos verlos responsabilizándose completamente y determinadas empresas han tomado esta dirección. Paul Hunt, Relator Especial sobre la Sanidad, está elaborando directrices relacionadas con el derecho humano a la salud. El tema es amplio y se extiende desde la propiedad intelectual a los precios. Es evidente que necesitamos una estructura y directrices. Las compañías farmacéuticas, así como todos los demás interesados, tienen que ayudar en esto.

P: ¿Qué esperanzas tiene después de los debates del foro y en qué manera pueden influenciar a los que toman las decisiones?

El foro ha tenido lugar en el momento oportuno. Esto se demuestra mediante el hecho de que la asistencia sobrepasó todas las expectativas. Estoy convencida de que podemos empezar un cambio en la mayoría de los campos que están en la agenda. La dinámica existe para impulsar un avance en áreas como la seguridad alimentaria y la mejora del abastecimiento del agua, mejorar los niveles de educación y otros aspectos sociales. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio han establecido que un 0,7% del PIB que está destinado para la ayuda sea otorgada por el norte al sur. La Administración de EE.UU. hoy está más dispuesta a comprometerse. Se tiene que reflexionar mucho acerca de esto. Los errores del pasado a menudo tenían su origen en un enfoque descoordinado de los problemas de la sanidad y los sistemas. Este foro ofrece la oportunidad de incluir a representantes de los gobiernos, especialistas sanitarios, donantes y ONGs para reforzar sistemas de salud sostenibles a largo plazo y desarrollar puntos de vista comunes. Con los derechos humanos como marco de referencia, parece ser que el objetivo del acceso a la sanidad para todos, sin duda, habrá visto algunos progresos a través de la conferencia.

P: Hace unas semanas asistió a la Conferencia Mundial sobre el SIDA en Toronto. ¿Cuál fue su impresión general y qué conclusiones se pudieron extraer de los debates?

Mi impresión fue muy similar a la que prevaleció durante la conferencia anterior, hace dos años en Bangkok. Se hizo mucho hincapié en el progreso que se espera de los trabajos científicos fundamentales. Temas como el estado del desarrollo de microbicidas se encontraban en el punto de mira de casi todos los debates, pero el uso del preservativo femenino se mencionó poco en el contexto del África subsahariana. La capacidad de las mujeres y las niñas de protegerse contra el virus es tan importante como el proceso de preparación de microbicidas eficaces. La identificación de los grupos de riesgo no pareció llamar mucho la atención. Parecía haber una tendencia a no querer hacer frente a problemas reales y, en cierto sentido, fue bastante decepcionante. Los grupos comunitarios saben lo que hacen y lo que necesitan, pero no siempre han recibido suficiente atención. La atención se centró más en los invitados conocidos que en los problemas y los derechos de la mujer. Hay una serie de cuestiones fundamentales que no se abordaron. La planificación de la próxima conferencia en Méjico necesita establecer prioridades.

Para más información:

Para más información sobre las actividades y el trabajo de Mary Robinson con Realizing Rights, vea http://www.realizingrights.org.


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